Sustancias orgánicas, inorgánicas, naturales o sintéticas que pueden presentarse en diversos estados físicos, en el ambiente de trabajo, con efectos irritantes, corrosivos, asfixiantes o tóxicos y en cantidades que tengan probabilidades de lesionar la salud de las personas que entrar en contacto con ellas.
Se clasifican en:
Gaseosos.- Son aquellas sustancias constituidos por moléculas ampliamente dispersas a la temperatura. Ejemplos:
Gases: Monóxido de Carbono (CO), Dióxido de Azufre (SO2), Dióxido de Nitrógeno (NO2), Cloro (Cl2).
Vapores: productos volátiles de Benzol, Mercurio, derivados del petróleo, alcohol metílico, otros disolventes orgánicos.
Particulados.- Constituidos por partículas sólidas o líquidas que se clasifican en: polvos, humos, neblinas y nieblas.
Polvo.- Partículas sólidas producidas por ruptura mecánica ya sea por trituración, pulverización o impacto, en operaciones como molienda, perforación, esmerilado, lijado, etc.
Humos.- Partículas en suspensión, formadas por condensación de vapores de sustancias sólidas a la temperatura y presión ordinaria. Ejemplos: Oxidos de Plomo, Mercurio, Zinc, Fierro.
Neblinas.- Partículas líquidas que se originan en los procesos donde se evaporan grandes cantidades de líquidos. Ejemplo: Partículas generadas al pintar con pistola, (pulverizador, soplete).
Vía de entrada en el organismo. Los agentes químicos pueden ingresar al organismo a través de las siguientes vías:
Vía Respiratoria: Es la vía de ingreso más importante para la mayoría de los contaminantes químicos. La cantidad de contaminante absorbida es función de la concentración en el ambiente, tiempo de exposición y de la ventilación pulmonar.
Vía Dérmica: Es la segunda vía de importancia, comprende a toda la superficie que envuelve el cuerpo humano.
Vía digestiva: De poca importancia, salvo en operario con hábitos de comer y beber en el puesto de trabajo.
Vía Parenteral: Penetración directa del contaminante en el organismo, a través de una discontinuidad de la piel.